Salvaje, libre, sin ataduras, sin compromisos, ¿a quien no le gustaría ser asi por lo menos una vez en sus vida? ¿a quien no le gustaría poder sentir que nada existe mas que uno mismo y sentirse completamente LIBRE al fin? Mi filosofía dice que cada tanto hay que desencajarse del mundo y encontrarse con uno mismo, sentir de verdad esa paz interior. Buscar, investigar, pensar, todo aquello que no podemos cuando estamos presionados, conectados, ENCERRADOS. Estar tranquilos y respirar profundo.
El destino es como un ejército de hormigas laboriosas. Miles de hormiguitas haciendo su parte del trabajo. Uno cree que controla su vida, pero el destino, lentamente, se va configurando. Una serie de circunstancias, decisiones y casualidades, van construyendo TU destino. El destino es un gran chef que mezcla los ingredientes, preparando el plato que tiene para nosotros. El destino es como un señor muy viejo y sabio. Es un profesional de todas las profesiones. A veces es guionista, ingeniero
y también a veces estratega. El destino, es también un superhéroe con poderes ilimitados... puedo Todo. Puede con todo. Pero como todo superhéroe tiene una debilidad. La debilidad del destino son las decisiones humanas. Eso es lo único que puede cambiarlo. Como una simple piedrita verde puede debilitar a Superman, lo único que puede cambiar el destino, son tus DECISIONES.
Estamos enfermos de desencanto, nos convencimos de que nada tiene sentido, que no vale la pena luchar por nada por que nada vale la pena. Si no podemos encantarnos con la vida, estamos fracasando. Una Generación Desencantada es una generación de muertos en vida. Para encantarse con la vida, una generación necesita rebelarse. Mientras bombardean a una generación desencantada, acá hay otra generación encantada con la vida y con la realización de sus sueños.
Los grandes momentos en la vida están colmados de corazones acelerados, cosquilleos en la panza, sudor en las manos, ilusión. Pero, en general, los grandes momentos de la vida, ocurren más tarde de lo esperado. El deseo se vuelve fuerte cuando uno se da el tiempo de desear. Si entre el deseo y la realización, no hay tiempo, el deseo se vuelve descartable. Queremos todo ya, rápido. Saber esperar, es saber desear.
Hay que llorar la tristeza y llorar las tragedias. Llorarlo todo. Cuando lloras, no solo lloras el dolor, también el odio, el resentimiento, la frustración. Te vacías de todo eso. Cuando lloras, regás. Y tal vez, algo Florezca. Llora por lo que esperas pero reí sabiendo lo que vendrá.
Para encontrar un camino nuevo, hay que salirse de la huella, dejar el caminito seguro por el que andamos siempre, y animarse a lo nuevo... al peligro de lo nuevo. Un camino nuevo tiene sobre todo, dudas, miedos, preguntas. Un camino nuevo solo nos dice que nos llevará a un lugar nuevo. Mejor o peor, no lo sabemos. Si querés que pase algo distinto, tenés que hacer algo distinto.
Un dilema es cuando tenés tan buenas razones para hacer algo como para no hacerlo. Una elección es decidir entre dos cosas, pero un dilema, ya no se trata de qué querés elegir, sino de qué preferís perder... ¿qué perder? eso es un dilema. Definir cuál es la pérdida más soportable.
Entiendo a los malos. A los que hacen cosas horribles... lo entiendo. Creo que simplemente son gente que no tuvo otra alternativa. Entiendo a los malos porque sé, que simplemente, buscan a alguien a quien amar. Aunque te gane la desesperanza, el dolor, aunque creas que es demasiado tarde, buscá en tu corazón, buscá en tu alma malherida. En algún lugar, fuera de tu burbuja, habrá alguien a quien amar.
La realidad puede ser tan difícil de soportar que buscamos un Soma para calmar un dolor, para taparlo. Para no sentirlo. ¿Quién no lo hace? ¿Pero que pasaría si nos animáramos a dejar a un lado por un ratito nuestro Soma? Tal vez, nos encontraríamos con nosotros mismos. Dejaríamos de huir de nosotros, de nuestra piel, de nuestro deseo. Debajo del Soma, tapado, está lo que somos y lo que sentimos. Nos guste o no.
¿Qué despierta un despertador cuando te despierta? Tus sentidos. Salís del sueño y empezás a ver, a escuchar, a oler, a sentir. Para poder despertar primero hay que desearlo, luego internarlo y después... dejar que ocurra.
La memoria tiene vida propia; no es uno, sino ella la que elige qué cosas deja morir en el olvido y qué cosas mantener vivas. La memoria es una boxeadora que pelea contra el olvido: a veces tira la toalla, a veces gana por knockout, pero siempre lucha. Sobre todo la memoria esta viva. Es inalcanzable, persistente y muy inquieta. No solo ES inquieta, sino que TE inquieta.
¿Ganar es la única manera de ganar? ¿No ganamos cuando perdemos el miedo a perder? Un iluso es alguien que se cree cualquier cuento. La ilusión es una burbuja. Hay que salirse de la película de héroes, romántica y ver la realidad. La desilusión, no es otra cosa que una bofetada que da la realidad. Las cosas son como son. Hay que perder la ilusión, por ahí, perder... es ganar.
Para lograr nuestras decisiones que nos van a guiar por nuestras vidas hay que ser Caballos Salvajes, solos, profundos, LIBRES. Ser francos con nosotros mismos. Pensar en todos, y en todo, pero principalmente en MI. Respirar profundo y ahí sí, DECIDIR.